martes, 20 de octubre de 2009

Los Laureles Como Simbolo de triunfo


Segun la mitologia Greco-Romana, al Dios Apolo le gustaba el laurel, porque sus fragantes capullos, de un blanco rosado, le recordaban a una bella ninfa, llamada Dafne, cuyo corazon habia tratado de conquistar. La habia visto en el bosque persiguiendo al veloz ciervo y sus mas tiernas palabras no lograron convencerla o conmoverla, porque Cupido habia traspasado el corazon de Dafne, con una de sus flechas de plomo, de modo que la ninfa, no sentia amor por nadie. Esto es debido a que Cupido, hijo de Venus, portaba siempre un arco con flechas con punta de plomo y oro. Aunque esta flecha no mataba a nadie, la herida que causaba era profunda e incurable.

El uso de los laureles para ceñir la cabeza de los triunfadores, nos viene de la antigua Grecia; asi vemos a los vencedores en las carreras que se efectuaban en Olympia (origen de las olimpiadas), coronados con hojas de laurel en sus frentes. El pueblo Romano al conquistar Grecia, adopto esta costumbre y es asi como los cesares lo usaban y a los jefes vistoriosos al entrar a Roma, los coronaban con siete hojas de laurel. esta costumbre vino hasta nuestros dias y es por ello que los oficiales almirantes y generales y los oficiales superiores, llevan en la visera hojas de laurel.

las siete hojas de laurel que portan los Oficiales Superiores a cada lado de la visera de la gorra o kepi, vienen de la remembranza a las siete colinas que rodean a Roma: Quirinal, Palatino, Viminal, Campopidoglio, Esquilino, Celio y Aventino. Los Almirantes usan catorce a cada lado por ser doblemente coronados.

pero lo mas importante de las hojas de laurel, es el mesaje implicito que envia a todo aquel que las porta y proviene de lo siguiente: En Roma Imperial cuando el cesar le comunicaba a un comandante de tropas doblegar cierta y determinada region, este tenia la libertad de aceptar o no la mision encomendada antes de cruzar el rio Rubicon, rio que señalaba en aquellos tiempos el limite entre Italia y las Galias. Una vez pasado el rio, no podia dar vuelta atras, de alli el famoso refran " Alea iacta est", cuya traduccion en italiano es " il dado tratto e" en español seria " el dado esta lanzado", lo cual quiere decir que la desicion ha sido tomada y no hay mas nada que hacer sino seguir adelante.

una vez que este comandante regresaba a Roma victorioso, para poder cruzar nuevamente el rio debia tener autorizacion del Cesar, quien mandaba con un esclavo la autorizacion correspondiente, teniendo este la mision de colocarse detras del comandante sobre su carro de combate y llevar una corona de laureles, siete a cada lado sobre su cabeza el esclavo iba diciendole al oido al comandante las siguientes palabras: " Toda gloria es pasajera", con el fin de recordarle que solo existe un Cesar...

3 comentarios:

Unknown dijo...

Interesante el detalle de la narración. Cápsula de conocimiento.

Unknown dijo...

Y en las gorras de los oficiales de la Policía?
De favor

Unknown dijo...

Y mi pregunta es y en las gorras de los oficiales de la Policía?
Buenos días