sábado, 14 de enero de 2012

Naufragio "Costa Concordia"


Latinoamericanos denuncian "irresponsabilidad" en el naufragio

"La tripulación no tenía ni idea de cómo evacuar el barco y el capitán nos mintió. Dijo hasta el último minuto que todo estaba controlado y que solo era un fallo eléctrico", comenta la chilena Claudia Fehlandt, que se une al corrillo de afectados para expresar su indignación.


EL UNIVERSAL
sábado 14 de enero de 2012 01:05 PM

Fiumicino, Italia.- Más de un centenar de turistas españoles y latinoamericanos afectados por el naufragio del barco de la compañía "Costa Crociere" en aguas de la isla de Giglio (centro de Italia) denuncian hoy que los responsables de la embarcación les mintieron en todo momento sobre lo que estaba sucediendo.

A la espera de una repatriación que aún no saben cuándo llegará y cuando por el momento se estima en 70 el número de desaparecidos y 3 los fallecidos, parte de los 177 españoles y 107 latinoamericanos que iban en el barco pasan como pueden las horas posteriores a la tragedia en el hotel Hilton de la localidad italiana de Fiumicino, junto al principal aeropuerto de Roma, el Leonardo da Vinci, informó Efe.

Por los pasillos del hotel, donde comienzan a llegar las primeras cámaras de televisión que no pueden flanquear las puertas y donde algunos periodistas se mezclan entre los afectados y las primeras autoridades consulares, deambulan algunos de los supervivientes, ansiosos de denunciar el "caos" vivido durante la evacuación del crucero, con escenas propias del hundimiento del "Titanic".

"Fue lo mismo que el 'Titanic'. Tuvimos que ver cómo cuando evacuábamos en barcas, otras se nos venían encima. En la nuestra tuvimos suerte porque una solo llegó a dar en la parte frontal y por fortuna no volcamos", explica Justo, un turista de la isla de Mallorca (España).

"La tripulación no tenía ni idea de cómo evacuar el barco y el capitán nos mintió. Dijo hasta el último minuto que todo estaba controlado y que solo era un fallo eléctrico", comenta la chilena Claudia Fehlandt, que se une al corrillo de afectados para expresar su indignación.

A sus relatos acompañan con algún vídeo del crucero hundiéndose con las luces como protagonistas en la oscuridad de la noche, imágenes que pudieron tomar con los teléfonos móviles una vez que viajaban ya en las barcas salvavidas durante esos interminables diez minutos de travesía hasta Giglio.

Cuentan ahora sus experiencias, unos cubriéndose el cuerpo con mantas, otros con turísticos jerseys a rayas que los lugareños de la pequeña isla italiana les dejaron y muchos con zapatillas de andar por casa, pues además de todas sus pertenencias -incluidos los pasaportes- tuvieron que dejar atrás también sus zapatos.

"Ha sido traumático. Desde un principio nos dimos cuenta de que era grave, pero siempre nos dijeron que todo estaba controlado, que era solo una avería en el generador. Estábamos cenando en el restaurante cuando sentimos un golpe y nos dijeron, incluso, que volviéramos a los camarotes", explica Vivian Parra, una chilena que viajaba en el crucero con su marido, su hijo y su suegro.

Su compatriota Fehlandt consiguió contactar con las autoridades consulares chilenas en Italia a través de sus familiares en Chile y, a primera hora de la tarde de este sábado, tenían constancia de que se estaban desplazando hacia el hotel Hilton para asistirles.

Ya entonces, el embajador español en Italia, Alfonso Lucini, había reunido a 35 compatriotas en una de las salas del hotel para que le expresaran sus necesidades más inmediatas, sobre todo medicinas, después de que no hubieran comido en Fiumicino más que un poco de las "sobras" del desayuno.

En la sala, varios de los afectados se erigían en portavoces y expresaban, no sin que saltara alguna lágrima, el trance por el que habían pasado y la indignación por ver cómo la tripulación del barco fue, según ellos, la primera que intentó evacuar, sin darles instrucciones y dejándoles desamparados.

"No hubo aquello de que las mujeres, los ancianos y los niños primero. Yo, que tengo 70 años, tuve que bajar agarrándome a unos cables", asegura María Carmen Ramón, de Alicante (España).

De esa treintena de españoles solo uno, procedente de Mallorca, desconocía el paradero de sus compañeros de viaje, dos amigos a los que perdió de vista al correr por los pasillos del barco, mientras que una venezolana, Luisa Bracho, intenta ponerse en contacto con su consulado para que le consigan un nuevo pasaporte.

Muy cerca del hotel Hilton, en el aeropuerto de Fiumicino, la compañía Alitalia empieza a repartir a turistas italianos en sus vuelos, mientras que en el mostrador de venta de billetes de las aerolíneas españolas Iberia y Vueling aseguran no saber nada de posibles repatriaciones de los afectados.

Según explicó Lucini, la compañía responsable del crucero estudia la posibilidad de fletar un vuelo chárter para las repatriaciones, aunque, por el momento, lo máximo que pueden hacer los supervivientes de la tragedia es apuntarse en una lista de espera para que la pesadilla termine lo antes posible.

Naufragio "Costa Concordia"


Tres muertos y 4.000 evacuados en un terrible accidente del crucero Costa Concordia.

El gran barco de crucero italiano que transportaba a más de 4.000 personas encalló en un banco de arena frente a la costa oeste de Italia durante la noche. (Reuters)

Roma: tres muertos y varios desaparecidos después de que un crucero con más de 4.000 personas a bordo encallase , provocando el caos entre los pasajeros que abandonaban el barco.

Hay tres muertos certificados", dijo Giuseppe Linardi, el alto funcionario de los medio de comunicación italianos en Grossetto , que explica que las dificultades en el rescate de los pasajeros había llevado a la confusión sobre el número de muertos.

El Costa Concordia estaba en un viaje por el Mediterráneo, cuando, al parecer, chocó contra un arrecife cerca de la Isola del Giglio el viernes, mientras los pasajeros estaban sentados cenando. Algunos de los pasajeros saltaron a las frías aguas.

Hubo escenas de pánico como en el Titanic. Encallamos en las rocas cerca de la Isola del Giglio. No sé cómo pudo suceder", decía Mara Parmegiani, una pasajera, según los medios italianos .

Estábamos muy asustados y congelados, ya que pasó mientras estábamos en la cena y todo el mundo estaba en traje de noche. Sin duda no teníamos tiempo para nada más. Nos dieron mantas, pero no había suficientes", dijo.

Todo se empezó a caer y todo el mundo entro en pánico, corríamos y no teníamos ni idea de lo serio que era hasta que salimos y vimos el agua por la ventana, cada vez más cerca. Todo sucedió muy muy rápido.

La tripulación trató de tranquilizar al pasaje pero la gente comenzó a entrar en pánico y se empujaban unos a otros, el equipo trataba de ayudar. Mucha gente se cayó por las escaleras", dijo.

Pasaron horas hasta que la gente pudiera salir de la nave", agregó.

Linardi añadió que no fue posible determinar cuántas personas seguían desaparecidas hasta que se completase la inspección de la embarcación .

No podemos descartar en este momento que falte gente, estamos a la espera de los informes de los buzos que comprueban si todavía hay personas en la parte sumergida del barco", dijo.

Debido al pánico algunas personas saltaron al mar, y puede que algunos no pudieran ser rescatados", agregó.

Los funcionarios locales también dijeron que al menos 14 personas resultaron heridas.

Alrededor de 20 personas fueron rescatadas por helicópteros, que recorrieron el mar con los reflectores durante la operación de rescate toda la noche.

Luciano Castro, otro pasajero, decía: ". Escuchamos un ruido fuerte mientras estábamos en la cena, como si la quilla de la nave golpease contra algo"

El barco comenzó a inundarse a través del agujero y empezó a inclinarse".

Un pasajero no identificado citado por la agencia de noticias ANSA dijo: "Fue un infierno."

Nos dijeron que mantuviésemos la calma, pero se podía ver el miedo en los rostros de todos, incluyendo en la tripulación", dijo.

Francesco Paolillo, un funcionario de la guardia costera local, dijo que había un agujero de 30 metros en la nave, pero que era demasiado pronto para decir qué era exactamente lo que había sucedido.

Creemos que esto ocurrió como resultado de navegar demasiado cerca de un obstáculo como esta barrera", dijo.

Una de las víctimas era un hombre de 70 años que murió de un ataque al corazón causado por el choque cuando se lanzó al mar.

El alcalde dijo que estaban tratando de encontrar un espacio para acomodar a los pasajeros rescatados, incluyendo a las mujeres embarazadas y niños.

Estamos tratando de acomodarlos en cualquier lugar que podamos, en las escuelas, guarderías, hoteles,...", dijo el alcalde Sergio Ortelli, quien añadió que algunos pasajeros tuvieron que pasar la noche en la iglesia.

La compañía Costa Crociere, propietaria de la embarcación, dijo que estaba "sorprendida" por la noticia y expresó sus condolencias a los familiares de las víctimas.

La compañía dijo que aún no era posible decir qué causó el problema, pero que la evacuación fue rápida, aunque difícil cuando el barco se inundaba cada vez más y se inclinaba.

El barco estaba realizando un crucero por el Mediterráneo, partiendo desde Savona, con paradas previstas en Civitavecchia, Palermo, Cagliari, Palma, Barcelona y Marsella", dijo la compañía.

Había alrededor de 1.000 pasajeros italianos a bordo, 500 alemanes y 160 franceses", añadió, sin dar más detalles sobre el resto.

El crucero - que cuenta con 58 suites con balcón, cinco restaurantes, 13 bares, jacuzzis y piscinas - había partido del puerto de Civitavecchia, cerca de Roma, el viernes, cuando se encontró con dificultades.
Cortesia: La Estrella Digital


jueves, 12 de enero de 2012

La popa del Buque Rena comenzo a hundirse...


El buque carguero liberiano Rena, que permanecía encallado en un arrecife de Nueva Zelanda desde octubre pasado 2011 y que se partió en dos esta semana, ha provocado una masiva contaminación de las aguas y costas neozelandesas, incrementando el temor en el país oceánico, debido a los riesgos e impactos ecológicos que podría generar este desastre.

El Centro Marítimo de Nueva Zelanda (MNZ, por sus siglas en inglés) informó que el vertido de crudo se ha extendido y proliferado hasta algunas playas, así como también los contenedores repletos de comida y combustible, que cayeron al agua tras el hundimiento, están llegando a las costas.

Después del barco encallar en octubre, se vertieron unas 350 toneladas de crudo, causando una marea negra que llegó hasta las costas y obligando a desplegar rápidamente tareas de limpieza, rescate de aves y otros animales.

La MNZ informó que estas acciones de recuperación y limpieza han costado hasta ahora alrededor de 25 millones de dólares neozelandeses (19,9 millones de dólares estadounidenses). Ahora el organismo teme que esta cantidad se incremente considerablemente, debido a un desastres que ya ha costado más de 150 millones de dólares en daños.

El jefe de la Unidad de Salvamento nacional, David Billington. Dijo que aunque los especialistas han bombeado la mayor parte del crudo de los tanques (unas mil toneladas de combustible), una gran cuantía desconocida sigue siendo inalcanzable para los equipos. “Un nuevo problema es que desde que el barco se rompió, se vierte más crudo al agua”, precisó.

Añadió que la rotura del casco del Rena no sólo ha incrementado el derrame de crudo, ya que también ha causado la caída al agua de unos 300 contenedores -de un total de 837-, troncos de madera y otra carga que transportaba al encallar.

“Una gran parte de la carga ya se ha vertido al mar. Los equipos de salvamento aún no pueden intervenir porque todavía es peligroso bucear y es probable que haya una gran cantidad de acero desprendido en las aguas”, enfatizó Billington.

A raíz del rompimiento del buque, se anunció el cierre de las playas adyacentes al arrecife de Astrolabe, a 12 kilómetros de la ciudad portuaria de Tauranga, en la Isla Norte; donde encalló el buque. Las autoridades también imputaron al capitán del Rena y el segundo oficial, quienes supuestamente habrían provocado el naufragio al realizar una maniobra brusca para acortar la ruta.

El buque carguero se partió en dos la madrugada del sábado debido al fuerte oleaje. La popa del barco, de 47 mil toneladas, se separó unos 30 metros de la proa, que continúa sobre los arrecifes a pesar del constante impacto de las olas que han alcanzado hasta seis metros de altura.



Wellington. (Reuters/EP) La popa del Rena, el carguero de bandera liberiana que encalló el pasado 5 de octubre en un arrecife cercano a la costa neozelandesa, ha comenzado a hundirse, según han informado este martes las autoridades marítimas del país oceánico a través de un comunicado. Al parecer, la popa ha comenzado a hundirse tras desplazarse hasta el borde del arrecife.

"La mayor parte todavía sobresale, aunque el resto está sumergido", reza el comunicado. Un remolcador sujeta con un cable la popa para evitar su deriva a las rutas de navegación, aunque los 30 metros de profundidad de las aguas podrían dificultar las operaciones, según han apuntado los expertos. Mientras, la proa está todavía en posición vertical y encajada en el arrecife, por lo que, de momento, no se teme su hundimiento.

El Rena se partió en dos el domingo a causa de una tormenta, después de permanecer tres meses encallado en el arrecife de Astrolabio, a unos 22,2 kilómetros de la ciudad de Tauranga, ubicada en la isla neozelandesa del Norte. Las autoridades han retirado toneladas de combustible y 400 contenedores, aunque no han conseguido limpiar completamente el vertido ni evitar que los restos del carguero lleguen a las costas de las islas cercanas.

Como consecuencia de ello, han muerto miles de pájaros y se ha interrumpido la actividad turística en la zona. El capitán y el oficial de navegación del Rena, ambos filipinos, han sido acusados de navegar con peligrosidad, derramar sustancias tóxicas y obstrucción a la justicia, cargos por los que pueden afrontar una pena de dos años de prisión y el pago de una multa de 300.000 dólares neozelandeses (186.434 euros).

Cortesia: Reuters, AFP